La Cervecería Hondureña, una de las empresas más emblemáticas del país, enfrenta una de las crisis más graves en su historia debido a una huelga sindical que, al cumplir 10 días, ha paralizado por completo la producción, generando desabastecimiento en todo el territorio nacional. Las pérdidas son millonarias no solo para la compañía, sino también para los pequeños negocios como pulperías, mercaditos y detallistas, que ven amenazadas sus ventas en plena época navideña.
El impacto de la paralización se extiende más allá de la economía empresarial. El Estado deja de percibir aproximadamente 16 millones de lempiras diarios en impuestos, mientras que más de 85 mil pequeños comerciantes han visto reducidos sus ingresos en un 40%, afectando directamente a unas 425 mil personas que dependen de la distribución y comercialización de los productos de Cervecería Hondureña.
La huelga, liderada por el Sindicato de Trabajadores de la Industria de Bebidas y Similares (Stybis), reclama, entre otras cosas, un aumento salarial de hasta un 300%, así como mayor control sobre los precios y la distribución de los productos. La empresa, sin embargo, ha calificado estas demandas como «exageradas e inviables» y ha manifestado su disposición para dialogar en busca de acuerdos que beneficien a ambas partes. Hay que destacar que Cervecería Hondureña es calificada como el mejor empleador del país, con los mejores salarios y beneficios de la industria.
Un panorama preocupante
El desabastecimiento ya es evidente. Productos icónicos como cervezas y refrescos Coca-Cola han desaparecido de las estanterías, lo que ha encendido las alarmas en los sectores comercial e industrial. «Estamos en una época crítica para las ventas, y este tipo de conflictos están perjudicando a toda la cadena de valor», señaló Karim Qubain, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC).
En paralelo, el diputado Carlos Umaña hizo un llamado al Gobierno para que intervenga y medie en la situación. «Miles de personas están siendo afectadas, desde pequeños comerciantes hasta el Estado, que está perdiendo ingresos fiscales esenciales», declaró Umaña, quien también alertó sobre un posible aumento en los precios de los productos como consecuencia de la crisis.
La situación de la Cervecería Hondureña no es un caso aislado. En los últimos meses, Honduras ha sido testigo de varios cierres de empresas, incluyendo la maquila Jersey de Honduras, que anunció su cierre la semana pasada. Desde principios de 2024, grandes compañías como Delta Honduras, Hanes y Ceiba Textil han cesado sus operaciones, dejando sin empleo a miles de trabajadores. Según datos sindicales, en los últimos seis meses se han perdido más de 8 mil empleos en el sector manufacturero, lo que refleja un entorno económico cada vez más desafiante.
La Cervecería Hondureña advirtió que, de no resolverse la situación, podría verse obligada a cerrar sus operaciones en el país. Este posible desenlace representaría un golpe devastador para la economía nacional, considerando que la empresa no solo genera miles de empleos directos e indirectos, sino que también contribuye significativamente a los ingresos fiscales del Estado.
Una solución urgente
Mientras continúa la huelga, las partes involucradas enfrentan presiones crecientes para encontrar una solución. La empresa reiteró su apertura al diálogo y su compromiso con Honduras, aunque subrayó la necesidad de alcanzar acuerdos razonables. Por su parte, los trabajadores del Stybis mantienen sus demandas, pese al descontento generalizado que ha generado la prolongación del conflicto.
La atención ahora está puesta en el Gobierno, que podría jugar un papel crucial como mediador para evitar que esta crisis se prolongue y cause daños irreversibles a la economía del país. En medio de la incertidumbre, miles de familias hondureñas esperan que las negociaciones logren frenar una espiral de pérdidas que amenaza con dejar una profunda huella en el tejido social y económico de la nación.